MENDOZA
13 de febrero de 2024
Historias Increíbles de un Dios Superpoderoso
En Mendoza se realizó el tercer campamento para niños y
adolescentes en donde el eje central fue conocer a Dios a través
de historias bíblicas.
Por DIEGO ONTIVERO
En la ciudad de Rivadavia, Mendoza, se llevó a cabo el emocionante tercer campamento para niños y adolescentes organizado por la Iglesia Templo Bíblico Maranatha Restauración, bajo la dirección de los pastores Luis y Rosana Ruiz. Este evento, que contó con la participación de 35 entusiastas jóvenes, tuvo como eje central el acercamiento a Dios a través de fascinantes historias bíblicas. Desde tempranas horas, los asistentes se sumergieron en una jornada llena de aprendizaje y diversión, donde cada actividad estaba diseñada para fomentar un encuentro personal con Dios. Con talleres y dinámicas didácticas, se buscaba no solo transmitir conocimiento, sino también fortalecer valores y la relación espiritual de los jóvenes.
El pastor Thiago Andrade de Buenos Aires fue uno de los invitados especiales que capturó la atención de los participantes con su enseñanza sobre la historia de Jonás y el poder de obedecer a Dios, destacando cómo incluso en momentos de error, el perdón divino está siempre presente. Durante el desarrollo del campamento, se exploraron relatos bíblicos emblemáticos como el de Daniel en el horno en llamas, la valentía de Ester, la épica conquista de Jericó, el enfrentamiento entre David y Goliat, y la lección de fe de Daniel en el foso de los leones. Además, se reflexionó sobre la identidad que los niños y jóvenes tienen en Cristo Jesús, consolidando así su entendimiento de la fe cristiana.
En un mensaje inspirador, se comparó el propósito de Dios para nuestras vidas con una locomotora, invitando a los participantes a tomar una decisión crucial: subirse o bajarse de ese viaje espiritual. "De una u otra manera, Dios nos ama", destacaron los líderes del evento, enfatizando el amor incondicional que caracteriza la relación entre Dios y sus hijos. Este campamento no solo fue una oportunidad para aprender y crecer espiritualmente, sino también para fortalecer la comunidad entre los jóvenes y crear recuerdos duraderos en un ambiente de compañerismo y alegría. Sin duda, una experiencia transformadora que dejó huella en los corazones de los participantes, quienes regresaron a sus hogares con una renovada conexión con su fe y un profundo sentido de propósito en sus vidas.
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