Desde las 10:00 hasta las 18:00, el público presente pudo disfrutar de un espectáculo inigualable donde diferentes grupos musicales y de danzas compartieron su talento y devoción a través de melodías inspiradoras y coreografías emotivas. La energía positiva y la unidad se hicieron presentes en cada nota y movimiento, creando un ambiente de paz y hermandad. Claudia Silva, como anfitriona de este evento excepcional, logró reunir a una audiencia diversa y entusiasta que se deleitó con la variedad de propuestas artísticas presentadas. La música cristiana resonó en todo el lugar, tocando los corazones y elevando los espíritus en un día lleno de gratitud y alabanza. Esta jornada musical representa no solo una celebración de la música cristiana, sino también un momento para recordar la importancia de la fe y la expresión artística en nuestras vidas. ¡Que la melodía de esta experiencia siga resonando en cada corazón presente y inspire a seguir celebrando la vida con música y amor!