El inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024 ha sido marcado por la controversia tras la revelación de una representación artística que ha suscitado intensos debates. La obra, que re imagina la Última Cena de Jesús, ha sido una muestra de burla cabal del cristianismo y de promover valores de la denominada cultura 'woke', una clara señal de la degradación moral y perversidad

Hasta figuras públicas que no son profesamente cristianas se han expresado con indignación frente al evento suscitado,  así lo declaro por ejemplo el empresario Elon Musk en su perfil de la red social X al escribir: “este cuadro fue "extremadamente irrespetuoso con los cristianos. Las redes sociales se han llenado de comentarios que van desde la indignación hasta la defensa del derecho a la libertad artística. Lo cierto es que la escena de la polémica no es librada al azar ni un mero hecho “artístico”. El Comité Olímpico Francés ha encargado a Thomas Jolly la dirección de la ceremonia inaugural, (que también dirigió la ceremonia de las olimpiadas “Queer”) Jolly cuenta con su propia compañía de arte denominada “La Piccola Familia”, en donde la cultura predominante de sus obras están fundadas en ideologías feministas y LGTBI. El fundamento de la cultura woke es transformar el arte clásico para verlo con los ojos actuales, ojos llenos de libertinaje, inmoralidad sexual y al hombre como su propio dios.

¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! 

Hay un viejo dicho que dice que la biblia es el periódico más actual que podemos tener, y así lo fundamenta Isaías 5:20. Desde hace tiempo la cultura nos incita a replantearnos que debemos estar a favor de las minorías y sus derechos, esos derechos que incluyen libertad de sexualidad y por ende libertad para poder tener relaciones sexuales a partir de los deseos propios. Este tipo de agenda progresista en pos de esa “libertad” avala las relaciones entre personas del mismo sexo, y como si fuera una rana calentándose en el agua que poco a poco se pone más caliente, así esta cultura viene preparando el terreno para incluir a la pedofilia como una expresión más de esta falsa libertad. Claro ejemplo de lo citado es la escena donde se veía a una niña menor de edad, en medio de hombres vestidos de mujeres (queers) bailando en medio de lo que parecía algo “bueno”.

Un tesoro en una vasija de barro

La noticia sobre como el progresismo imperante avalas los hechos de la ceremonia inaugural de los juegos olímpicos nos revela que como cristianos debemos ser como esa vasija que lleva consigo un tesoro. Como dice 2 Corintios 4:3-4 “Los únicos que no puede entender la buena noticia que anunciamos son los que no se salvarán. La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no los deja”. Tal como sucedió en el evento en París, Satanás no deja ver que lo que parecía una simple demostración de arte, no es más que el mensaje claro que los tiempos finales están al asecho. Como cristianos nos toca ver el mundo espiritual detrás de estos acontecimientos para ser la luz en medio de la oscuridad, en la degradación del mundo occidental en su máxima expresión.