Este año, la jornada cobra mayor relevancia en medio de los desafíos y tensiones que ha traído consigo la pandemia de COVID-19. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que aproximadamente 800,000 personas mueren por suicidio anualmente, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Los factores que pueden contribuir a esta decisión trágica son diversos y complejos, incluyendo problemas de salud mental, estrés, aislamiento social, abuso, discriminación y falta de acceso a servicios de salud mental. Es fundamental destacar la importancia de la prevención y la concienciación en torno al suicidio. La detección temprana de señales de alerta, la apertura al diálogo y el acceso a recursos de apoyo son fundamentales para prevenir tragedias y ofrecer esperanza a quienes luchan contra pensamientos suicidas. En este día, organizaciones de salud mental, gobiernos, instituciones educativas y la sociedad en su conjunto se unen para promover la prevención del suicidio. Se realizan campañas de sensibilización, charlas informativas, acciones comunitarias y actividades que fomentan la solidaridad y el apoyo mutuo. Desde nuestros hogares, lugares de trabajo, escuelas y comunidades, podemos contribuir a crear un entorno donde la vida sea valorada, donde se promueva la empatía, la comprensión y la ayuda mutua. Recordemos que siempre hay esperanza y que juntos podemos superar los momentos difíciles. En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, hagamos eco de un mensaje de amor, comprensión y apoyo. Cuidémonos unos a otros y recordemos que, en la oscuridad, siempre existe una luz de esperanza. ¡Cada vida importa!