Este ministerio, conformado por un equipo de capellanes y voluntarios, realiza una labor que trasciende las paredes de los templos, promoviendo las iglesias callejeras, un espacio sin discriminación ni exclusión, donde todos son bienvenidos a escuchar la Palabra de Dios. El enfoque principal es el impacto territorial, llevando esperanza, contención espiritual y recursos prácticos a comunidades que enfrentan desafíos como la pobreza, la exclusión y la violencia. Este modelo de evangelización refleja el amor de Cristo a través de la acción concreta, destacando la colaboración entre las iglesias, las organizaciones locales y los equipos ministeriales. El trabajo de FAPE se convierte en una luz de esperanza para muchos, llevando el mensaje de salvación y promoviendo un cambio en las vidas de quienes más lo necesitan.