Por:DIEGO ONTIVERO

corrresponsal MENDOZA

El congreso más poder, que tuvo lugar en la iglesia Tabernáculo de la fe de la provincia de Mendoza tuvo un entorno inspirador, se convirtió en un espacio de reflexión profunda y aprendizaje significativo para los participantes. Uno de los temas centrales fue "Cuando la bandera del amor de Dios te conquista" ministrada por la pastora Jael Ojuel, donde se exploró cómo el amor divino puede transformar el corazón y dirigirlo hacia lo que Dios ama.

Durante las sesiones, se abordó la importancia de no negociar la vergüenza por un alma y se destacó la relevancia de mantener la integridad en el camino espiritual. Los jóvenes participantes fueron desafiados a reflexionar sobre sus valores y compromisos, entendiendo que el resplandor de la verdad divina no debe oscurecerse por compromisos terrenales. Así lo expreso el pastor Josías García.

Un momento clave del congreso fue la ministración sobre los dones espirituales. Se enfatizó que los dones dentro de la iglesia están destinados a la edificación, promoviendo un ambiente de crecimiento y fortalecimiento mutuo. Por otro lado, los dones fuera de la iglesia tienen un propósito centrado en la salvación, llevando la luz divina a aquellos que aún no han experimentado el amor de Dios.

Bajo el lema "Cuando hay revelación de quién es Él, lo próximo es activación de los dones espirituales", se alentó a los jóvenes a buscar una conexión más profunda con su fe y a activar los dones que han recibido. La importancia de comprender la identidad espiritual y vivir de acuerdo con ella fue un tema recurrente, instando a los participantes a ser agentes de cambio en sus comunidades.

El Congreso de Jóvenes en Mendoza no solo fue un evento de enriquecimiento espiritual, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos comunitarios entre los jóvenes comprometidos con la fe. La energía positiva, el compromiso de servir y la dedicación compartida con los valores cristianos crearon un ambiente único que dejó una marca duradera en todos los participantes.

Este congreso no solo fue un acontecimiento espiritual, sino un llamado a la acción para que los jóvenes lleven consigo las lecciones aprendidas y se conviertan en agentes de cambio positivo en sus comunidades y en la sociedad en general. Con el éxito rotundo de este evento, se espera que futuros congresos continúen inspirando y capacitando a la próxima generación delíderes espirituales.