Los eventos fueron transmitidos desde múltiples ubicaciones en Texas, Nueva Zelanda, India, Malasia, Rumania, Ruanda, Londres, Perú y zonas donde la persecución cristiana es común. Esta transmisión buscaba fortalecer la comunión y la solidaridad entre los seguidores de Jesús a nivel global. La transmisión contó con la participación de destacados líderes cristianos como Jennie Allen, Francis Chan, Christine Caine y Priscilla Shirer, entre otros. Shirer destacó la importancia de recordar a los cristianos perseguidos, compartiendo cómo influencias tempranas, como el libro “Jesus Freaks”, han marcado su perspectiva sobre la relevancia de apoyar a esta comunidad. Shirer enfatizó que es crucial que la iglesia estadounidense no olvide a quienes sufren por su fe en diferentes partes del mundo. “Leer de forma muy cruda lo que la gente está viviendo: les arrebatan a sus hijos, les quitan sus trabajos, no pueden prosperar en su profesión porque los han vetado por negarse a negar a Jesús, les han amputado las extremidades… Es horrible”, expresó. “Ese recordatorio es muy aleccionador ¿De qué tenemos que quejarnos? ¿De qué se quejan ustedes? ¿De qué me quejo yo?”, dijo al público invitando a la reflexión a los cristianos que no han enfrentado dicha situación y que relativamente están tranquilos con respecto a expresar su fe sin temor a ser asesinados. “Este privilegio que tenemos de vivir en una parte del mundo donde podemos adorar sin complejos, en voz alta y con valentía. Y, como mucho, lo que podríamos arriesgar es un poco de nuestro orgullo. Tal vez suframos cierto aislamiento como resultado de eso”, enfatizó. Shirer compartió que advierte a sus hijos que, al defender la moralidad bíblica, podrían sentirse aislados debido a la disminución de la tolerancia hacia quienes siguen la Palabra de Dios en la cultura actual. Esta perspectiva se enfrenta a una creciente presión social por apartarse de las enseñanzas tradicionales del Evangelio. Shirer destaca que esta realidad puede llevar a un sentimiento de soledad entre quienes mantienen firmes sus creencias religiosas.