Thomas Schirrmacher, presidente de la Sociedad Internacional de Derechos Humanos (ISHR), declaró en una conferencia de prensa en la que se anunció la publicación de los anuarios ISHR 2025, «Libertad Religiosa» y «Persecución y Discriminación de los Cristianos», que la situación de los cristianos en muchas regiones se ha deteriorado significativamente a nivel mundial.

«Esto se manifiesta no solo en violencia directa (asesinatos, secuestros), sino también en legislación, discriminación social, restricciones en la vida pública y privada, y control de iglesias y servicios religiosos», declaró Schirrmacher en las oficinas de la Alianza Evangélica Alemana (Evangelische Allianz en Berlín).

 «El auge de regímenes autoritarios, el nacionalismo religioso, la inestabilidad política y los conflictos violentos están aumentando la presión de la persecución».

Schirrmacher, fundador y coeditor de los anuarios y exsecretario general de la Alianza Evangélica Mundial, afirmó que evalúan las amenazas contemporáneas a los derechos de libertad, incluyendo la persecución estatal, la violencia extremista, la dominación imperialista y la discriminación antirreligiosa.

La libertad religiosa es un derecho humano fundamental, pero las amenazas contra ella están aumentando en todo el mundo, afirmó Schirrmacher, quien acaba de regresar de reunirse con minorías religiosas en Siria y el Kurdistán iraquí. Destacando dos casos prácticos del nuevo anuario, señaló que grupos islamistas en Nigeria —como Boko Haram, el Estado Islámico de la Provincia de África Occidental (ISWAP) y las milicias de pastores fulani— atacan continuamente a las comunidades cristianas.

Ataques terroristas, secuestros, asesinatos y la destrucción de instalaciones eclesiásticas ocurren con regularidad, afectando no solo a individuos, sino obligando a comunidades enteras a vivir con miedo e incertidumbre.

Nigeria, que se prevé que sea el tercer país cristiano más grande del mundo para 2050, tiene necesidades que siguen siendo enormes, ya que requiere más médicos de urgencia, sistemas de alerta temprana y medidas de evacuación para prevenir nuevas masacres.

La situación en Pakistán también es preocupante, afirmó, ya que los cristianos sufren regularmente leyes discriminatorias sobre la blasfemia. La mera acusación de blasfemia puede aislar socialmente a las personas, exponerlas a ataques violentos o llevarlas a los tribunales.

A pesar de las leyes para combatir estos abusos, su implementación sigue siendo deficiente. Si bien algunos tribunales muestran avances en la protección de menores, la discriminación continúa. La presión internacional de la Unión Europea y otros países ha mostrado señales cautelosas de mejora, pero la situación sigue siendo grave, afirmó Schirrmacher.

Dos factores son las causas fundamentales de la persecución global de los cristianos, afirmó. En primer lugar, los estados dictatoriales de partido único como China, Cuba y Corea del Norte consideran a los cristianos una amenaza y, por lo tanto, los vigilan y oprimen estrictamente. En segundo lugar, los movimientos o grupos político-religiosos militantes victimizan a los cristianos.

“Sufren discriminación en la vida profesional y social, ataques violentos, secuestros, expulsiones y abusos”, afirmó. “Siguen siendo víctimas sin protección estatal efectiva debido a la falta de Estado de derecho”.

Schirrmacher señaló que los cristianos en Egipto, Siria, Nigeria, India y Myanmar sufren particularmente en estas condiciones. Citó otros estados, como las repúblicas islámicas de Afganistán, Irán y Pakistán, que han “vinculado su orden social a una religión de manera totalitaria e imponen despiadadamente su orden coercitivo político-religioso con recursos estatales”.

“En todos estos estados, los cristianos sufren, y con ellos otras comunidades religiosas”, afirmó. “¡No debemos ser indiferentes ante esto! Nuestro compromiso con las víctimas solo puede ser creíble y, en última instancia, exitoso si no nos centramos únicamente en un grupo de víctimas e ignoramos a otros. Al mismo tiempo, debemos analizar y dar a conocer los motivos de los opresores. Los enemigos de la libertad de creencia y conciencia son los que más temen esto, y puede poner fin a sus actividades”.