En un vídeo que el ministerio God Behind Bars ha difundido en su cuenta de Instagram, el hombre recuerda cómo el Evangelio le salvó después de haber cometido un delito.

“Recuerdo la primera vez que pensé en Dios. Huía en un coche robado y estacioné frente a una iglesia para esconderme de la policía. Y recuerdo haber orado a Dios por primera vez, solo una oración al azar. No quería cambiar. Pero fue la primera vez que pensé en Dios de alguna manera”, dijo.

Tras este acto, continuó cometiendo delitos que le llevaron a estar encarcelado.

“Recuerdo estar tan feliz de que me arrestaran, por todo lo que había hecho en ese entonces. Como delincuente cometí un asesinato y varios secuestros a punta de pistola”, admitió.

Cuando llegó al centro penitenciario, al entrar a su celda, se encontró con una Biblia en la cama, comenzó a leerla, la palabra lo impactó fuertemente y empezó a reconocer que necesitaba arrepentirse.

“Recién comencé a leer y no podía parar. Fue en ese momento que comencé a sentirme disgustado conmigo mismo. Empecé a sentirme mal por lo que había hecho, algo que nunca antes había sentido. Todo fue Dios”, destacó.

Cuando pudo conocer a Cristo, todo empezó a cobrar sentido, por lo que su vida obtuvo un gran y notable cambio.

“Cuando encontré a Jesús, encontré un propósito. Me disculpé con algunas de mis víctimas y sus familias y les dije cuánto lo sentía”, comentó entre lágrimas.

Mientras estaba en prisión, este hombre participó en un seminario teológico y se volvió pastor para ayudar a las personas que estaban en la cárcel.

“Soy uno de los pocos presos que puede entrar a las celdas para orar y compartir a Jesús con los demás presos”, comentó.

En los años que ha enseñado no tiene ningún preso que haya vuelto a la cárcel y considera que es prueba que Dios está trabajando en su vida con poder en su ministerio.

“Sé, sin lugar a dudas, que Dios hizo algo en mi corazón. No he sido el mismo desde entonces”, concluyó.

Fuente:Alerta Cristiana