Los legisladores han sido advertidos sobre el riesgo de que el proyecto se convierta en una herramienta para acosar legalmente a estas emisoras. La inquietud se centra en posibles abusos de derecho. Los Radiodifusores Religiosos Nacionales han expresado su preocupación, destacando que el proyecto de ley podría ser utilizado para lanzar una “guerra legal” contra las emisoras cristianas. El asesor general, Michael Farris, ha sido claro al señalar que esta ley podría tener implicaciones negativas para la libertad de expresión. La ambigüedad en la ley es una de las principales preocupaciones. El proyecto de ley propone cambios en la forma en que se manejan las denuncias por difamación, especialmente en archivos en línea. Una de las cláusulas permite exigir por contenido considerado falso según una decisión judicial o si una nueva información sugiere que el contenido es inexacto. Esto último es visto por Farris como muy subjetivo, ya que depende de si una persona razonablemente considera que la declaración es falsa, por lo que dio el siguiente ejemplo: “Si un hombre transgénero se presenta como mujer y compite en deportes femeninos, y un locutor cristiano afirma que un hombre ha estado compitiendo en deportes femeninos, podrían enfrentarse a acciones legales en virtud de esta ley. Y esto no se aplica solo al contenido nuevo; también podría aplicarse a artículos antiguos. El argumento sería que las personas razonables concluirían que los hombres transgénero son, de hecho, mujeres, y llamarlos hombres podría considerarse «falso y difamatorio”.